sábado, 29 de junio de 2013

La noche en la que llegó Júpiter.

Fue una noche de verano. Lo dijeron en la "tele" pero en casa había invitados y todo era vinos, comida, etc. Nadie se acordaba. Salimos a la calle porque los vecinos decidieron cantar y bailar como antiguamente. Después se fueron a hacer lo mismo en otras calles Pero yo estaba cansada. Dejé la limpieza para el día sugiente. Pasadas unas horas, los "bailarines" seguian bailando, se les oía muy lejano. Ocurrío que oí un golpe enorme y nuestro perro ladraba desesperado. Busqué pero no vi nada malo. Volví a la cama. Pero, el "golpe norme" volvió. Nuevamente me tiro de la cama y salgo al corral, busco por todo rincon. Entonces fue: vi a Júpiter a los pies de la Luna. Corrí a buscar los enormes prismáticos que tenemos en casa. Me temblaban las piernas y las manos. No se como en contrar el mejor sitio, aunque fuera viejo. Cada vez daba un pasito, y otro más, nada era bueno para mirar a mi éroe... De repente algo suena... De repente algo de metal cae al suelo quedando... Fue una barra de hierro que estaba años en el tejao... En ese sitio, yo estuve. Si no me voy retirando... no estaría aquí. Y eso me pasó a mí.

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