-¿De verdad que no te importa que venga a verme aquí mi hijo?
-Claro que no. Es tu casa también. Ya no eres mi invitada. Eres mi compañera de piso.
-Todo gracias a ti. Recuerdo muy bien el día que me tuve que ir de mi propia casa. Estaba como loca
pensando en a donde iría, con quien iría. Me acordé de ti. Eras en la única persona en la que podía confiar.
-¿Quieres saber la verdad? No me extrañó en absoluto. Es más, cuando yo oí a tu marido, en el juzgado, decir lo que dijo y cómo lo dijo, yo pensé: si fuese ella, en este momento me daría media vuelta y no volverían a saber de mi. Por eso me alegré mucho aquella noche que llamaste a mi puerta.
-Nunca te lo agradeceré suficientemente. Me emocioné cuendo me dijiste “donde yo esté siempre tendrás un techo, un plato de cocido y una cama con sábanas limpitas".
-Cómo fue que te enamoraste de tu marido.
-Pues verás. De joven estaba muy bien. Todas mis amigas estaban locas por él. Menos yo. Yo le notaba algo así como… engreído, fatuo. Pero un día hablé con él largamente y descubrí que no era tan fiero el león como quería aparentar.
-¿Has llegado a ser feliz con él?
-Si, tengo que reconocerlo. Precisamente en los primeros tiempos, cuando todo parecía tan difícil: los
dos trabajando, los niños que vienen tan seguidos, pagar el piso, muy duro... Luego, te das cuenta de que
aquel tiempo fue el mejor. Pero... ha pasado Raquel con el novio por ahí, por el pasillo, y no nos han dado las buenas noches.
-Es que van al dormitorio. No tienen tiempo para las formalidades.
-Que van a…
-Claro. Ya son mayorcitos. Donde mejor que en casa.
-Y tu también venias aquí con mi hijo a….
-Te lo digo o te lo cuento…
-Qué vergüenza. Este no es sitio para mi. Yo tengo ya la edad de ser abuela. Estas son cosas de gente joven…
-Venga, mejor vamos a mi habitación. Pondremos una peli en el dvd y tomaremos una copita. Qué te parece un vino dulce y añejo que parece TNT.
-Yo lo que tu digas. Pero sabes, que envidia me dais. Tenéis vuestro trabajo, vuestro pisito y vuestra
libertad.
-Y tu también. Ahora también trabajas, tienes esta bombonera de piso y estás soltera, porque divorciada y
soltera es lo mismo. Eres una de nosotras.
-Menos mal, porque la idea que se le ocurrió a mi marido, ex marido, mejor dicho …
-Al menos tienes suficiente para ti. Además de tranquilidad y un futuro por delante.
-Uyyhh futuro yo, a mi edad.
-Hija, nunca se sabe. El día menos pensado… como dice la canción…
-Oye. Y en concreto por qué rompiste con mi hijo.
-Fue él quien me dejó. Porque yo odiaba a tu marido. Pero claro, las cosas de tu marido a mi no me
interesan, en cambio con mi novio no me corté. Me pareció mal su postura. Un hijo no debe tomar partido
por ninguno de sus padres en caso de conflicto. Al contrario, debe mediar entre ellos. Pero eso de que los
tres, tu marido y tus dos hijos, se pusieran en tu contra me sublevó, yo me subía por las paredes de
rabia.
-Pues si, yo me sentía muy dolida con ellos. Lo que ocurre es que a un ex no le perdonas nunca. Pero a tus
hijos si. Aunque a veces te hagan daño. Entiéndelo, por favor.
-Por supuesto. Lo entiendo. No tienes que preocuparte.
-Y él, no ha reflexionado y tratado de volver contigo.
-Me llamaba al principio. Hasta que lo eliminé del directorio y ya sus llamadas no podían entrar. Sabes
qué me dijo. Que te había acogido aquí para tenerle cerca de mí.
-Y tu que contestaste.
-Que si. Que bueno.
-JAJAJAJAA. No se te ve muy afligida por la ruptura, es cierto. Puede que no le quisieras lo suficiente.
-Mira, te cuento. Ahí por los catorce años, una amiga mía se enamoró de un chico que ni siquiera se enteró
de que ella existía, y cada vez que lo veía se ponía malísima. Un día, incluso, sufrió una lipotimia. Yo al
verla sufrir tanto me dije: yo querré a quien me quiera. Y así lo, hago y me va bien. Cuando un chico me
interesa, si el no da el primer paso, le ignoro y aquí no ha pasado nada. Tu hijo me quiso y le quise. Ahora me ha "desquerido" y yo le "desquiero". No hay más que eso. Lo otro es sufrir en vano. No tiene cuenta.
- Muy bien dicho, eres una chica genial. Yo creo que es al revés. Que él aprovecha que estoy aquí para verte.
-Por cierto, ahora que me acuerdo, quien tiene las llaves del apartamento de la playa.
-Yo, naturalmente. Él se quedó con el piso de aquí y yo
con el de la playa. Encima, ha tenido que abonarme dinero porque vale menos que el piso jejeej.
-Y qué te parece si este "finde" cogemos el coche y nos vamos a la playa.
- ¿Las dos solas?
-No. Las tres. El novio de Raquel trabaja los fines de semana porque "curra" en la hostelería. Iremos en plan de chicas solas uuuauu… cómo lo veessssss
-Por mi, encantada. Hace siglos que no me divierto.
-Saldremos sobre las diez de la noche, porque la carretera esta más desahogada. Sólo hay camiones, pero no veas como se ponen los camioneros cuando controlan un coche lleno de chicas. Que cosas nos dicen. Y si paramos en algún bar para hacer un alto en el camino,ya ni te cuento. Nos invitan, nos quieren dar escolta… una pasada de verdad. ¿Y bien?
-Y bien que.
-Que como te encuentras. Que si estás contenta.
-Aunque parezca mentira si. He renacido gracias a ti, Aurora.
- Gracias las que tú tienes, guapa. Y ahora a tu habitación, que mañana hay que levantarse pronto para preparar el viaje. Un beso.
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