miércoles, 3 de agosto de 2011

Otravez Machado Otravez.

Ya sentía "mono de Machado". Del olmo viejo. De las niñas en el balcón. 
Hoy es el otro, el otro poema que más me gusta. Os va a encantar.
Para disfrutarlo a tope hay que hacer pausa en las comas o tildes.
No, como todos hemos hecho, pausar al final del verso.
Y ya dejo de daros el cong-nazo.

"YO VOY SOÑANDO CAMINOS".

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
- La tarde cayendo está-.

"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:

"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada"

¡ Ole ! -diría yo-.

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