Era la feria y habia un quiosco en el que se tiraba una bola por una ranura y si tu bola llega la primera ganas un premio. En este quiosco, una bonita muñeca.
Charo dijo "Tomás, te doy el dinero y me sacas una muñeca". Y le sacó la muñeca.
" Yo quiero otra. Y yo. También yo". Y todas múñeca tuvieron.
Me acerqué tímidamente. Me daba vergüenza molestar a Tomás con tantas peticiones, pero si las demás lo han hecho, por qué yo no.
Le di el dinero y se dirigió al quiosco. Yo le vi marchar y pensé "seguro que no hay muñeca para mi".
- Lo siento. Me he puesto nervioso... No se por qué.
Pero me temblaba la mano.
Pero me temblaba la mano.
- No te preocupes. No tiene importancia.
Caminamos uno junto al otro. Tomás sudoroso.
Yo a su lado hacía cábalas: ¿Por qué ellas si y yo no?
¿Será Tomás "El que decide"?
¿Seré, tal vez, yo?
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.
¿Será Tomás "El que decide"?
¿Seré, tal vez, yo?
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal.
Ellas se perdieron entre el gentío alocadas como quien tiene muñeca nueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario