domingo, 21 de agosto de 2011

El quiosco de las muñecas.

Era la feria y habia un quiosco en el que se tiraba una bola por una ranura y si tu bola llega la primera ganas un premio. En este quiosco, una bonita muñeca.

Charo dijo "Tomás, te doy el dinero y me sacas una muñeca". Y le sacó la muñeca.

" Yo quiero otra. Y yo. También yo". Y todas múñeca tuvieron.

Me acerqué tímidamente. Me daba vergüenza molestar a Tomás con tantas peticiones, pero si las demás lo han hecho, por qué yo no.

Le di el dinero y se dirigió al quiosco. Yo le vi marchar y pensé "seguro que no hay muñeca para mi".

- Lo siento. Me he puesto nervioso... No se por qué.
 Pero me temblaba la mano.

 - No te preocupes. No tiene importancia.

Caminamos uno junto al otro. Tomás sudoroso.
 Yo a su lado hacía cábalas: ¿Por qué ellas si y yo no? 

¿Será Tomás "El que decide"?
¿Seré, tal vez, yo?

Un escalofrío  recorrió mi espina dorsal.

 
Ellas se perdieron entre el gentío alocadas como quien tiene muñeca nueva.

No hay comentarios: