Él estaba en otro grupo pero el grupo se redujo porque las parejas lo abandonaban. Entonces decidieron unirse a otra pandilla.
Y allí se conocieron. Ella era más alta que él y cuatro años mayor que él. Pero nada importó. Fue un flechazo. A ella le gustó su aspecto tierno y desvalido. A él lo contrario, su fortaleza, su seguridad.
Ella se llamaba María de Pilar pero se hacía llamar Estrella porque le gustaba mucho mirar las estrellas en las noches del invierno
.
Él tenía varios motes, nadie conocía su nombre.
Cuando se reunían se saludaban con un beso en cada mejilla, se cojían de la mano y se separaban un poco del resto de amigos.
 Un día, al despedirse se agregó, además, un  largo beso de lengua. Y desde entonces siempre se besaban con besos de lengua: al llegar, al despedirse, por la calle, en los cines, en las cafeterías...
Una tarde él la invitó a ir a su casa y en un colchón tirado en el suelo hicieron el amor así, a pelo, pero con toda la ternura que habite en el mundo. Otra pareja que se va de la "peña (grupo)" aunque todos sabían donde estaban y para qué.
Pero no siempre hacían el amor, también hablaban, sobre todo Estrella que sabía muchas cosas y cuanto más hablaba más la admirada su novio y más la deseaba.

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir por hacer las cosas sin tomar precauciones: estaban embarazados.
Porque Estrella se fue desde su casa a la habitación de su chico y claro, las oportunidades eran más frecuentes.
Estrella trabajaba los fines de semana en un bar de esos enormes "tirando cerveza". Con el dinero que ganaba vivían la siguiente semana.
Cuando su chico supo que iba a ser padre cambió radicalmente, decidió que ese antro no era lugar para su "chinorri (niño pequeño)" y su mujer, porque se iban a casar: "mi "chinorri" tiene que tener una familia como Dios manda".
Y él vestido de negro. Y ella con un vestido ya usado, con un sobrerito, con unas medias blancas gruesas y zapatos planos pero sin invitados, ni amigos, ni famila, con unos testigos que pasaban por allí, se casaron.
Encontraron un pisito lejos del trabajo de Estrella pero no importaba, una habitación en un piso lleno de mugre no es sitio para una mujer maravillosa y ni un "chinorri" en camino.

Él se ocupaba de la casa. De su mujer. Y ella traía el dinero a casa.
Alguien le dijo "oye, por qué tu chico no trabaja y tienes que hacerlo tu, menudo morrro tiene" a lo que Estrella respondió: "mi marido si trabaja, "tronka", su trabajo consiste en hacer feliz a su mujer y lo hace muy bien".

Y llegó el día del parto. El inminente padre estaba nerviosísimo, tanto que tuvieron que darle un sedante. Cada vez que Estrella tenía una contracción y se quejaba lastimosamente él lloraba como un niño y se echaba la culpa de lo que estaba ocurriendo.
Todo se resolvió favorablente. Entre lágrimas el papá vio salir a su hijo agilmente. Cuando el niño, porque fue varón, estuvo limpito y vestido el padre lo tomó en sus brazos y no quería dejarlo. Se lo comía con los ojos y no podía creer que aquello tan hermosos, tan parecido a la madre, salió de mi cuerpo.
Y ya está.



  demaribel